La estrategia tiene muchos puntos de vista y de hecho es un campo de la consultoría. Más que ayudar en el proceso de reflexión y negociación que se ha de producir en las empresas, cada vez con más frecuencia, para mí la estrategia es un punto de partida. Mi campo de actuación es allá donde se produce la acción, donde hay material, donde se compra, se mueve y se transforma, donde hay aportación de valor.
La estrategia responde a la pregunta ¿Hacia dónde vamos? y en función de esa respuesta el abanico de posibles acciones, se reduce. También, como he comentado, es jerárquica:
También hablé de los diferentes puntos de vista, de arriba abajo, donde la información y la participación es en niveles de dirección y se transmite a las capas inferiores o un punto de vista más «novedoso» donde la estrategia es conducida desde las capacidades internas, como elemento realmente diferenciador. También hubo menciones a cómo, y cada vez más frecuentemente, la estrategia no permanece inamovible sino que varía, se enriquece, aparecen nuevas oportunidades y otras simplemente se abandonan. Es un mundo cada vez más cambiante y es precisamente la flexibilidad una de las características más reconocidas no a la hora de decidir pedidos sino de operación, que permita a las organizaciones atender más rápidamente a los cambios en sus mercados y en el entorno mundial.
Otro punto de vista interesante es el de los compromisos o tradeoffs. Aunque hay margen de maniobra, si no me quedaría inmediatamente sin trabajo, existe una relación muy íntima entre tu producto, tu proceso o forma de fabricarlo, y tu mercado, o sea, la cantidad a vender y a la forma de ponerlo a disposición del cliente. En el pasado estaba clara la necesidad de elegir, entre calidad y precio por ejemplo. La llegada de metodologías de producción novedosas pareció poner fin a aquello, para llegar al estado actual donde, nuevamente, tenemos que elegir. Básicamente no podemos ser buenos en todo.
En cualquier caso, y como conclusión, el punto de partida estratégico es fundamental para poder elegir qué hacer y qué no hacer a la hora de actuar, a la hora de la gestión del día a día.