Una de las estrategias para las empresas que quieren mejorar es la comparación con las mejores prácticas y las empresas top de la competencia. No solo consiste en conocer cuales son sus ratios sino qué tienen o hacen para conseguirlos. A veces es un correcto dimensionamiento de sus plantillas, su formación y composición, algún elemento productivo, el know-how, el uso de la tecnología, una visión innovadora, el marketing o la relación con sus proveedores y clientes. Generalmente es una combinación de ellas.
Benchmarking
Esa comparación, conocida como benchmarking, supone analizar productos y servicios contra cómo lo hacen las industrias reconocidas como líderes en su sector. Requiere identificar y entender qué les llevó a ello y adaptar a los productos y procesos propios. Tiene un alto grado de humildad, ya que hay que reconocer que otros son mejores, pero también se necesita coraje para empezar a caminar en el proceso de cambio.
Enfoque a cliente
Las mejores compañías son aquellas que mejor atienden las necesidades de sus clientes. Las prácticas enfocadas al cliente generalmente resultan en menores costes, plazos y mejor calidad y servicio que llevan a la satisfacción y fidelización. Lo consiguen con prácticas que conducen a la creación de cultura interna mediante la formación, colaboración y reconocimiento, que lleva a responsables y trabajadores a colaborar en la búsqueda de mejoras.
Estrategia y Cultura empresarial
Las mejores compañías tienen estrategias operativas dirigidas hacia la calidad, hacia flujos de trabajo lógicos y simplificados, hacia la flexibilidad, la participación e involucración y hacia la creación de redes con clientes y proveedores. Prestan mucha atención al cómo se hacen las cosas y no temen al cambio en procesos, organización, relaciones personales o tecnologías.
Conocimiento
Las empresas que invierten en activos intangibles, a través de la formación, así como la generación y transferencia de ideas y conocimiento obtienen mejores resultados financieros. Utilizan a menudo enfoques basados en Lean, aunque no de manera radical, para afrontar los cambios en las demandas, los productos y por tanto los procesos.
Herramientas
Finalmente se caracterizan por su alta productividad. Hay una grandísima variedad de marcos, metodologías y herramientas para incrementar la productividad en las empresas. Incluyen por ejemplo: la mejora continua, organizaciones que aprenden, reestructuración empresarial, reingeniería de procesos empresariales, Total Quality Management, Excelencia Operacional, Lean, Six-Sigma, organizaciones Innovadoras, creación de valor, gestión del conocimiento y muchas otras.
La implementación
Implementar estas técnicas, de forma parcial o adaptada al momento y capacidades de la empresa o una combinación de varias hace que se inicie el camino de la transformación, revolucionando las relaciones, extrae el potencial de los empleados, promueve la innovación y la aplicación de nuevas tecnologías de forma más efectiva, mejora la gestión de los procesos, reduce los desperdicios y provee de más valor al cliente con iguales o menos recursos. En suma, hace de la empresa algo mejor.
El camino de la transformación es complejo. Existen varias opciones y la imitación de modelos en otras empresas no suele ser lo idóneo. Es necesario conocer el hoy, dónde está la compañía y qué le ha llevado a estar donde está, dónde quiere llegar y qué capacidad de cambio puede asumir para comenzar a transformarse.